La universidad contaba con un software propio para la impartición de clases en línea, lo cual constituía un punto de partida favorable. Sin embargo, para lograr una experiencia de aprendizaje efectiva y fluida, fue necesario realizar una serie de adaptaciones técnicas en las aulas físicas.
El tamaño de algunas de las aulas es bastante grande, hubo que sustituir algunos proyectores por otros con mayor luminosidad para que la experiencia de visionado fuese perfecta.
La captación de imágenes era un aspecto fundamental, tanto del profesor como de las pizarras. Para ello, se optó por la instalación de cámaras PTZ (Pan-Tilt-Zoom), que permiten capturar diferentes ángulos de la sala y hacer zoom según las necesidades del momento, estas cámaras disponían de seguimiento por zonas, característica muy útil en espacios grandes. La instalación de estas cámaras brindó una mayor versatilidad en la transmisión de las clases, asegurando una experiencia inmersiva para todos los estudiantes, independientemente de su ubicación.
Además, se implementaron amplificadores de sonido y un sistema de microfonía de alta calidad para garantizar una óptima captación y reproducción del audio, lo cual resulta fundamental para la comprensión y participación activa de los estudiantes, especialmente aquellos que se encontraban en línea.
Otro aspecto crucial fue la integración de un sistema de conversión de señal que permitiera adaptar la señal de un PC externo a los requerimientos del software de enseñanza utilizado por la universidad. Esto facilitó la transmisión de presentaciones, vídeos y otros recursos digitales desde los dispositivos de los profesores, asegurando una experiencia de aprendizaje enriquecida y dinámica.